biomedica

El pasado mes de febrero se presentaba en el Museo de la Ciencia de Londres Rex, el primer hombre completamente biónico, un artilugio con aspecto y rostro humano formado por órganos artificiales, sangre sintética, extremidades robóticas, retinas artificiales… El principal atractivo de Rex es que incorpora algunos de los últimos avances en tecnología protésica y en robótica y evidencia lo cerca que se está de reconstruir totalmente el cuerpo humano (a excepción del cerebro), pues algunas de sus partes ya han sido utilizadas en personas. Porque, para ser precisos, Rex tiene mucho de biónico pero nada de hombre, mientras que por la calle uno se cruza con humanos que sí tienen algo de biónicos: un marcapasos, un implante de estimulación cerebral profunda, un implante coclear, prótesis más o menos sofisticadas, lentes intraoculares, órtesis, implantes dentales o, por qué no, pechos de silicona. Son muchas las personas que han incorporado a su cuerpo algún mecanismo artificial para sustituir alguna función u órgano perdido o mejorarlos.

Y no son sólo la robótica y la protésica quienes hoy aportan recambios al cuerpo humano. Hay quien opina que los avances biónicos quedarán en breve aparcados por los logros de la medicina regenerativa y laingeniería de tejidos, que prometen construir corazones, hígados, huesos y prácticamente cualquier órgano a partir de células del propio cuerpo.
“Hasta finales del siglo XX se buscaba reparar los órganos y tejidos humanos mediante su sustitución por un dispositivos mecánicos o eléctricos; ahora se busca que el organismo se autorregenere y repare”, explica el director del Institut de Bioenginyeria de Catalunya (Ibec), Josep A. Planell. No obstante, descarta que la biónica vaya a quedar arrinconada o no tenga futuro porque, en su opinión, son vías de reparación humana complementarias. “El marcapasos o el riñón artificial son muy útiles y puede que lo sigan siendo, porque la regeneración de tejidos no llegará a todo ni a todos, tanto por su coste como porque a partir de cierta edad no sabemos si las células de los pacientes serán capaces de regenerar”, ejemplifica.

José Luis Pons, investigador en bioingeniería del CSIC, explica que son muchos los equipos científicos, y de ámbitos muy diferentes, que trabajan en proyectos dirigidos a replicar el cuerpo humano y coincide en que resultan complementarios. “Desde la robótica, por ejemplo, se trabaja enreproducir modelos de todos los sentidos –oído, vista, tacto, gusto…–, o en reproducir los gestos con músculos artificiales; desde la protésica se intenta reproducir los movimientos de la persona y el funcionamiento del sistema nervioso central; y quienes trabajan con biomateriales desarrollan tejidos que pueden reproducir órganos, como, por ejemplo, orejas o piel para personas que se han quemado”, apunta. Pero hay más. Jordi Rumià responsable de neurocirugía funcional del hospital Clínic de Barcelona, explica cómo desde la ingeniería electrónica también se han desarrollado mecanismos capaces de corregir el mal funcionamiento de algunoscircuitos cerebrales.

El resultado es que, por una u otra vía, las orejas creadas con una impresora 3D y luego recubiertas de tejido humano, los brazos robóticos que se mueven con el pensamiento, los implantes de cámaras de vídeo para recuperar parte de la visión o los exoesqueletos que permiten caminar a personas con lesión medular no son ya artilugios de ciencia ficciónsino realidades tangibles.

Artículo Completo: http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20130405/54370879937/un-cuerpo-recambiable.html